A la crisis política que ha desatado en Perú el indulto al expresidente Alberto Fujimori se une el escándalo de corrupción de la empresa brasileña Odebrecht por el que han tenido que acudir a declarar este jueves el Presidente Pedro Pablo Kuczynski y la líder de la oposición, Keiko Fujimori.
Entre gritos de apoyo fue recibida la líder de Fuerza Popular a su llegada a la fiscalía, acusada de un presunto delito de lavado de activos. Cinco horas duró el interrogatorio sobre la presunta financiación irregular de sus campañas electorales de 2006, 2011 y 2016. Y a su salida, aún le esperaban varios seguidores entregados.
El presidente, por su parte, fue interrogado como testigo en el Palacio de Gobierno durante cuatro horas para responder por la información de que una empresa suya ofreció consultorías a la constructora brasileña entre 2004 y 2007, cuando era ministro. Hace una semana se archivó en el Congreso una petición de destitución contra él por este asunto gracias a la abstención de una parte del fujimorismo.
El caso Odebrecht se extiende a todos los partidos desde 2005 a 2014 y el se centra en seguir el rastro de los millonarios sobornos que la compañía brasileña admitió ante la Justicia estadounidense haber pagado a funcionarios a cambio de adjudicaciones de obras.
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